intis.

He dejado caer mis recuerdos y deseos, aventuras y desventuras, amores y desamores...me presento como soy, andrógino, caos, orden, complicada y sencilla, triste y alegre...no vengo de un sólo lugar, vengo de todas partes...

martes, diciembre 26, 2006

Estaba pensando en como el alcohol inundaba mi pobre hígado ya sirrótico y yo no era capaz de soltar la copa de coñac, siempre he sido un poco fina con las bebidas, pero bueno, eso no viene al caso, estaba embriagada, sucia y para peor... sola.
Hace un mes salí del Hospital, supuestamente rehabilitada, nunca lo logré, a la primera oportunidad caí en las sábanas de mi amigo alcohol, y junto a él con sus amigos... y manos.
No sé con cuantos tipos me habré acostado hoy, y apenas son las 1:00, entre el reencuentro con el trago y con las manos, más de una me acarició lugares que no se habían acariciado hace más de un año.
Antes de irme al hospital yo tenía una vida casi normal, sí, casi. Estaba casada y tenía dos amantes, hijos y una profesión auspiciosa, unos que otros desamores en el cuerpo adolecente y un reencuetro en un café.
Me casé a los 26, luego de la universidad, a él lo conoci y lo amé desde el momento mismo en que lo ví, a mis 21, eramos felices, me consentía en todo, tuvimos hijos que hoy descansan en el cesped junto a otros ángeles, uno nació, pero no fue el único que se despidió precipitadamente. Mis amantes surgieron como una prueba, quería saber que se sentía ser infiel, me gustó y asi seguí. Todo iba relativamente bien, tenía dos vidas, pero el trabajo me estaba ahogando y mi esposo también,luego de tanta dulzura te ostiga los labios ese sabor, descansé en el café de la esquina de la oficina, y ahí lo vi, era él, mi amor de junventud, el primero, y conversamos de la vida, omitiendo datos y falseando otros, entre esas falsedades mi fidelidad y felicidad. Quedamos de vernos ese mismo día en el bar de Don Rolo, lo que se traduce en borrachera y enredos de sábanas. Así cada día eran los mismos dias, bar, trago y sexo, aunque claro ya luego el asunto siguió en la oficina, en la calle, en las plazas, etc.
Mis dos amantes y esposo seguian conmigo, luego los tres se cansaron de mí, incluso él me abandonó.
Va un año desde que no los veo, parece que la tierra se los tragó... es Navidad... brindo por el nacimiento y por mi higado, por la noche buena que he vivido, y por el hombre de la esquina que vuelve, si, el primero vuelve.

2 Comments:

  • At diciembre 27, 2006, Blogger Damián Carrillo said…

    Estoy en el bar de Don Rolo, esperando para recibir el nuevo año.
    Felicidades para Javier y para ti.
    Damian.

     
  • At enero 05, 2007, Blogger Elías Urdánigo said…

    Me gustan estas historias torcidas, me gusta que sean escritas por una mujer.

    No se como llegué aquí, pero ya no pienso irme


    saludos desde la costa Este

     

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