La despedida...

No me mates por decir lo que diré, pues ya me has matado otras veces por cosas menores, no me mires ardiendo de furia, porque conozco el verdadero olor a quemado en mi piel, no vuelvas a acariciarme con fuerza suplicando que no te deje... que no lo volverás a hacer.No me mientas mientras deshago la maleta, no rompas el espejo que aún cuelga de la pared.

No te ahoges en el licor, ni procures provocar una limpia con él, no digas lo siento, cuando no me sienta el corazón. Súplica en vano he predicado, suplica en vano, pues hoy no escucho y no siento.

Amarraste los trapos vestidos y urgaste más de una vez sin consentimiento, ataste las manos tras mi espalda para no recibir las duras caricias que me entregabas, para no corresponder los besos añejos que una vez diste en el parque, sellaste los labios de quien te amaba, sellaste el clamor, la súplica de auxilio. Mataste más de lo que permitiste vivir, te amé más de lo que abrazé en ti...y lloré en cada tumba de mi cuerpo y mi alma.

Ahora me miras con el fuego lento que acostumbras, sobre todo cuando analizas los problemas de renta, me hablas haciendome callar, tras de mi corretiando, como un cobarde, como lo que eres... ¿te irrita?, te molesta???, te empujo y caes, te miro y te escondes, me río y te enojas, me empujas y no cedo, te enojas y yo disfruto...lanzas el puño y no lastimas...recuerda: ya he muerto.

Te parece un chiste, ya no miras a fuego lento, fuego rápido arde tus ojos y tu mano caliente hace latir mi piel, lloro y vuelvo a pie. Yo sí te amé...

Te dije que no provocarás acudir al alcohol para limpiar la piel... lo hiciste una vez más y te sientas en la mesa, borracho, clamando el perdón,como si nada.

Te miro, con las manos tras la espalda, ahora yo ardiendo,yo ahogada en el llanto sublime de la tristeza, dolor y desesperación; te digo que te disculpo por la sangre derramada, por los años dolorosos, por las marcas dejadas...No te quito la vista de encima, te ves tan pequeño ahi sentado, tan sucio, tan poca cosa, tan tú, sonrío irónicamente no, río de verdad y te digo susurrando: No habrá más dolor que el ya causado, ni más marcas provocadas, pero pido perdón al cielo por la sangre que derramaré...aprieto el gatillo y bum!...