intis.

He dejado caer mis recuerdos y deseos, aventuras y desventuras, amores y desamores...me presento como soy, andrógino, caos, orden, complicada y sencilla, triste y alegre...no vengo de un sólo lugar, vengo de todas partes...

lunes, octubre 23, 2006

Aquí estoy, caminando sin mayor rumbo que el amanecer, ligeramente alcoholizado, pero ni remotamente borracho.

Despedido yo? Ya hace una semana de la noticia, pero aun sigo bebiendo por mi antiguo puesto, vestido de luto, en alguna mesa de un bar de poca monta. Me lleva el diablo, no le creo a mis propios ojos, era aquel viejo bar. Entre sigilosamente y mis pasos se escondieron bajo las notas de un piano golpeado violentamente por los toscos dedos de un viejo que conocía de antes desde antes de vivir esta historia. Encontré una mesa para dos, no creo sinceramente que valla a llegar mas gente de la que ya hay, no a esta hora, además, encuentro vulgar sentarse en la barra. Luego de pedir un par de copas, por segunda vez esa noche, desconfíe de mis propios ojos: Era ella

Su largo pelo liso y algo ondulado no había perdido ese brillo cautivador que tenia cuando la conocí; sus labios seguían siendo tan tentadores como un suave beso a la más fina copa de vino añejado por la elegancia de algunos años; sus ojos tenían la misma mirada ardiente de pasión encadenada por tristes experiencias que hace algunas noches atrás; su cuerpo parecía una escultura, un monumento a la hermosura femenina, y, porque no decirlo también? Una oda absoluta a la lujuria…
Aunque creo que ha engordado.

Me vio. La salude con mi copa medio vacía (realmente no fue casualidad, una copa llena es de quien esta esperando a alguien, y una copa vacía solo se encuentra en manos de un borracho), valió la pena esperar con la copa a mitad de beber, logré el mismo efecto que lograba en aquellos días mozos, creo que no he perdido el toque. Al haberse callado el viejo músico, el momento fue perfecto para charlar.

En otros tiempos esta charla no hubiera existido, probablemente hubiéramos viajado a ese hermoso y apasionado lugar que la gente conoce ordinariamente como la pista de baile, lugar donde atraíamos las miradas de todo un bar, volando juntos, los dos solos en la pista, uno cerca del otro, casi siendo uno… que días tan lejanos.

Comenzamos a charlar entonces, a hablar sobre nuestros logros y fracasos, mas bien, a inventar nuestros logros y disfrazar nuestros fracasos. Creo que me creyó, siempre he sido bueno contando historias, y a estos años se le suma un mentiroso ya experimentado. Con respecto a ella, puedo saber que hace lo mismo que yo, un tahúr como yo sabe reconocer miradas inseguras, espero que no haya notado que me percate de sus mentiras, es una lastima saber que no te creen.

Reímos como antes, esta vez claro, por respeto a nuestras articulaciones y al potencial público, nos mantuvimos alejados de la pista, nuestro tango ya no era el de antes.

El bar ya estaba perdiendo su brillo, así que entre risas e historias salimos a caminar juntos, no por casualidad, hacia su casa. Al llegar a aquellos conocidos peldaños, hice aquel comentario que, no recuerdo aun porque, hace algunas noches atrás evite pronunciar:
- “ El vestido que lucias cada noche de viernes, te quedaba hermoso, aunque creo más hermoso era tu cuerpo deseoso, vestido que quise destrozar mientras el tango se apropiaba de las miradas envidiosas de los contertulios, te amé y desnudé en silencio, quise dormir a tu lado…”
Ella me sonrió, como tan fuertemente anhelaba, y me invito a pasar, al cerrar la puerta…las palabras se callaron, el silencio gritó de placer, y los cuerpos entonces hablaron.


- Para Aquel viejo tango…aquel viejo vestido, y una historia de pasiones dormidas, pero siempre ardientes.
Te amo Romina

domingo, octubre 15, 2006

No suelo beber, pero aquella noche fatídica me emborraché como nunca antes...No recuerdo mucho, gracias al licor y las pastillas, y odio reconocer que me gusta este estado de inconciencia. Era una noche fria de un jueves común y silvestre, el frio lo atribuyo a la sorpresiva lluvia primaveral, un jueves común y silvestre que no recuerdo donde terminó, tenía tanta pena, tanta rabia, tanta desolación. ¿quién se cree que soy???, cree que me puede engañar con la primea mosca muerta que le mueve un poco el trasero y se le insinua con una baratija de licor???, no me conocía, yo tampoco. Asi fue como terminé en el bar de la esquina de su casa, luego de verlo besar sus labios rojos y su mano en el trasero caído, me encerré en el auto y sequé las lágrimas amargas, tomé la cartera que me había regalado para nuestro aniversario y un poco de plata, sólo unas copas. Entré con la cabeza abajo, con verguenza, de que? no lo sé , creo que tenía escrito en la frente: hey me han engañado!, me acerqué y pedí un vodka naranja, algo suave, pues no bebo, no me dí cuenta cuando tenía a mi alrededor a un tipo apuesto, alto y con un vaso en la mano izquierda y en la derecha un cigarro. Comenzamos a hablar, le conté mi pena y él me dio una solución en tono de chiste, sólo que yo lo tomé en serio. Me emborrachó, me pedía un trago más fuerte que el otro, mi corazón ya estaba bombeando demasiada sangre, y mi sistema nervioso ya no estaba normal. Me volví loca, lo poco que recuerdo fue que baile sobre las mesas mientras varios hombres y mujeres me tocaban el cuerpo, parecía exitada, aunque creo que más loca y despechada. El tipo, que no sé su nombre, me regaló la pastilla mágica quita dolores, mala mezcla con licor, y caí.
Subimos a su auto y fuimos a su casa, creo que eso era, no diré los detalles de algo que no recuerdo, pues estaba tan drogada y emborrada que dificilemente pude llegar a un orgasmo... luego me vestí y me fui,a pie, llegué al bar nuevamente, habrán sido ya las 5:00 am, y entonces, recordé el chiste del pelutodo con quien me había acostado. Fui al auto y abrí la guantera, ahí estaba, tan bella y brillante pieza magistral, arma del diablo y la venganza, mi entrada ala bismo y liberación...
La guarde en la cartera, que por esas casualidades de la vida no se perdió en la aventura, fui a su casa y saqué aquella llave escondida en el macetero del lado derecho, entré en silencio, me quité los zapatos, ya no hacía tanto frío pero los vidrios estaba empañados, los miré y contemplé, se veían bien el par de idiotas, derrepente él despertó y me vió, se quedó mudo, yo sólo lo miré, con ira y dolor, no recuerdo mucho más, creo que es un método de defensa... lo último que recuerdo es mi caminata descalza, sin el bolso de los recuerdos donde escondía siempre los chocolates para no darle, sin nuestra canción, sin su mirada ni su cuerpo... sólo me encontré con las manos sucias y opacas... y de tanto andar, llegué a mi casa. Me tiré en la cama de los placeres de antes, en la mañana encendí el tv, mi cabeza hacía bom bom, no recordaba mucho y el dolor era demasiado, mis sábanas estaba manchadas de tono rojo opaco, mis manos tambié, me dirijo al baño y escucho: Hombre blanco es brutalmente asesinado con 5 balas en el pecho en su cama, aparentemente, es un crimen pasional, en el lugar se encuentra una mujer tirada en el piso con un impacto en la frente, además se encuentra un bolso rojo y una cinta de video del asesinado y otra mujer, morena... los documentos de la cartera indican que es la misma mujer ... recordé el chiste y´lloré...

domingo, octubre 08, 2006



Aniversario
Al entrar al dormitorio, con luz tenue y los ojos tapados por sus manos, mi mente no estaba, al abrir los ojos y bajar la vista como indicado, contemplé la cama llena de flores, dibujando un corazón, el momento mágico, como si estuviera escrito, como él mencionó...fui una princesa llorando de emoción en sus brazos, en realidad, fuimos amor y somos amor, escultura del artista, poema del poeta, danza de los vientos, canción, UNO.