intis.

He dejado caer mis recuerdos y deseos, aventuras y desventuras, amores y desamores...me presento como soy, andrógino, caos, orden, complicada y sencilla, triste y alegre...no vengo de un sólo lugar, vengo de todas partes...

jueves, septiembre 28, 2006

Materializar el amor

Me encontré en un momento de la noche, con esa sensación de angustia que desconoce razón, no creo que los recuerdos de ayer me persigan aún, pero no puedo negar que quisiera encontrar su mirada otra vez, aunque sea para convencerme de que nunca me amó..., yo tampoco lo a
Me levanté entonces, el sueño ya había iniciado la competencia y había perdido. Comenzé a pensar en mi vida, mi antes, mi después, mi ahora, mi futuro... llegué a la conclusión de que nunca he hecho el amor. Que soledad más absoluta sentí en ese momento, que molestia más inesperada, mas sospechada, llevaba conmigo.
¿que es hacer el amor? me pregunté constantemente, no me di cuenta del transcurso de las horas, pensando en aquella respuesta que se llevó mi noche, no sentí sueño ni cansancio, sólo deambulaba el querer poder definirlo, darle un significado, hasta lloré.
Pensé en mil y una analogías, comparaciones e interpretaciones, pero sentía que cada una de ellas no calzaba con lo magia que debe ser materializar el amor mutuo y honesto. Así me llevó la noche, hasta que ya la claridad mañanera se hacía presente frente a mis ojos y yo no había podido dormir. Me destapé y duché, me vestí rápido, ya estaba atrasada, tomé un vaso de leche y me fui. Al llegar al paradero vi a una joven pareja, quizás de mi edad, ella llevaba un abrigo verde, el mismo que yo compré en una liquidación, y él la tenía abrazada de la cintura, se veían bien, se miraban distinto. Fue en ese momento cuando pude sentir esa definición, o más bien, apresiación, sobre que es hacer el amor. Comprendí que hacer el amor iba más allá de un te amo cotidiano, de un acto fisiológico, aunque esto ya lo sabía, supe que hacer el amor era el mostrase desnudo por completo, sin trapos que oculten los sentimientos, sin mentiras, una verdad, un acto de esperanza. Danzar sobre el piso de la bienaventuranza, componer la mejor pieza musical, enlazar los cuerpos para confundirse en un sólo ente, sentir.Contemplar la mirada del otro como nunca antes se había visto, besar con el alma y dejar al alma vivir plenamente, sin represión ni miedos, el miedo siempre me ha acompañado, esta vez lo quiero vencer. Pasaba un bus tras otro y yo estaba sentada, sin prisa, en el paradero, ellos ya no estaban, al voltearse pude ver su guatita, estaba grande. Segui asi pensando en este acto maravilloso de amar, porque eso es, la belleza de una flor es única, su aroma es único, su color y textura lo son, la belleza del ser amado tambien es única, su aroma lo sientes y te sigue, su color y textura sólo la conocen las manos que han acariciado con los latidos del diario sentir, una flor se cuida, al ser amado tambien. Hacer el amor...amar...ser amado.
Derrepenté capturé un momento de mi pulsera y me di cuenta que eran más de las 10:00, que más dá, me dije, ya quería renunciar. Me delvolví a la casa, y me volvi a acostar, a dormir, a soñar.Desperté tarde, no recuerdo la hora, pero si recuerdo el sueño: había hecho el amor, lo hice cuando miré sus ojos, cuando dije te amo con miedo y con atrevimiento, cuando tomé sus manos, cuando danzé en sus brazos, cuando reimos, cuando lloramos, hice el amor porque lo amo. Refuté mi primer pensamiento madrugador, a los minutos, golpean la puerta, abro sin prisa pero con la risa a flor de piel, era él, mi amado... es necesario que siga escribiendo diario???, no lo creo...

domingo, septiembre 17, 2006

Aquel viejo tango... aquel vestido
Estaba sentada junto a la mesa de siempre, con el mismo vino en la misma copa de hace unos cuantos bares pasados en mi andar, podría decir que llevaba el mismo vestido con el que lo conocí, el mismo vestido color cereza que me habría encantado romper en una noche de su compañía, pero no puedo, pues ya los años pesan y por ende el vestido se achicó, yo no engordé , él se encogió...creo que los lavados lo estropearon. Escuchaba atenta al señor barbudo con sus ojos tan melancólicos como con sus labios tan alcohólicos, tocando el piano con los maltratados dedos. Derrepente sentí esa mirada penetrante que no recorría mi cuerpo hace tanto tiempo.
Voltié para ver quien era, sólo pude distinguir aquella camisa que se negaba a tirar al basurero por gustarle el opaco color negro. Sus cabellos lucian más toscos y escasos, visitados por la nieve cordillerana de los años. Era él y me había visto...
Luego de una rato, el viejo mal oliente a coñac dejó de entregar lo que me había llevado hasta aquel bar de quinta, dejó de tocar el piano. Quizás soy un poco mal agadecida, tal vez mucho, porque gracias a él y a ése bar conocí al sujeto con el que el volé en el salón al ritmo de un candente tango.
Sin pensarlo siquiera, lo volví a ver, me saludó con la copa media vacía, pues era aficionado al licor, al igual que yo, y me hizo gesto de compartir como en los viejos bares. Me acerqué sin meditación ni propuesta, aunque creo que si llevaba una en mi interior, y comenzamos a charlar. Nos contamos nuestros logros y fracasos, los de él eran más logros, los míos no.Es cierto que él envejeció y que no abandonó el vicio, pero se veía mejor que yo, no con tanta pena en el alma por un amor en vano y un vestido rojo guardado para aquel oscuro momento deseado. Le conté mis logros falseados y mis fracasos con un tono no tan fracasado, sin embargo creo que mi mirada me delató, tal vez el esbozo de recuerdo aquel junto al piano, la muchedumbre alentándonos y los dos solos en la pista, uno cerca del otro, casi siendo uno, y para mi lástima, tan lejanos.
Reímos como antes, aunque claro, no volvimos a bailar, sus piernas no eran las de antes y yo tampoco lo era.
Pasaron las horas y decidimos caminar juntos, me llevó a casa, odio decir esto, como antes, siento que los años me estan pasando la cuenta que me he negado pagar, llegamos a mi casa y él hizo aquel comentario que me habría encantado oir unas noches antes, me dijo, con la suavidad que lo caracterizaba: el vestido que lucías cada noche del viernes, te quedaba hermoso, aunque creo más hermoso era tu cuerpo deseoso, vestido que quise destrozar mientras el tango se apropiaba de las miradas envidiosas de los contertulios, te amé y desnudé en silencio, quise dormir a tu lado... Yo sólo sonreí y lo invité a pasar, al cerrar la puerta... las palabras se callaron, los cuerpos entonces hablaron.

lunes, septiembre 11, 2006

La vida da muchas vueltas, es cierto, mas ninguna es igual a la anterior.
En esta vuelta de improviso llegada, me he mareado, recobrado conciencia, maltratado por brutalidad de su golpe, ida de un "rencor" absurdo, que ya no recuerdo el porqué de dicha discusión, generadora de tal "rencor", no sé que pasó...
La vuelta me trajo a la tierra de antes, la sonrisa en los labios presuntuosos, la magia de lo desconocido y las ansias de recuperar algo perdido, extraviado por mi cuenta y por mi cuenta también ...no buscado. Orgullo orgulloso,ignorante de perdón y reconciliación, así estaba, orgullosa, ignorante, sola...
Te conocí entre tantas miradas, te reconocí un día en particular, tallé en una hoja de otoño mis sentimientos hacia ti, dormí a tu lado...lloré en tu compañía, pero muchas más veces reí, asi como también confié.
Por más que pienso en los golpes anteriores, no recuerdo el que se llevó las ganas de tenerte en compañía, el que borró tu imagen de mi cofre amistoso, el que arrebató tus palabras, tan sólo recuerdo el golpe de un día de antaño en el que te colaste en mí y tan solo recuerdo el golpe en el que volviste de tu nunca exilio, exilio que quisiera botar al mar ,para nunca volver...

miércoles, septiembre 06, 2006



Mi cuerpo no es cuerpo, sino un ente vagabundo;

mi voz no es voz, sólo susurros del alma colectiva;

mis pensamientos no son pensamientos, son locura sensata de una serenata, brindada a la luz de la luna

mi danza no es danza, sino más bien liberación.

Mi llanto no es llanto, pues es solidaridad con el mar;

mi risa no es tal, es un aliento que he dejado escapar...tú sabes el porque

Madrugando en las mañanas, fría niebla cegadora, velocidad de acción, miradas vacías... yo ... ¿vacía?

alma viva enterrada...vida contemporánea.